Los algoritmos personalizados, hacia la evolución del ser

Por: Maximiliano Urquiza

 
Ossicles and sclerites - various (265 12) From bodies of Porifera.

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Introducción

Este es quizá un periodo histórico extremadamente radical para la antropología (y otras áreas de estudio), donde la transformación social de sus individuos es tanta que incluso puede verse de forma literal. Los individuos ya no somos los mismos, gracias a las nuevas prácticas tecnológicas estamos cada vez más inmersos en un complejo laberinto de incertidumbres y abusos, abusos a los que damos consentimiento.

Viéndolo de una forma particularmente fría, estamos recibiendo tecnología militar a cambio de nuestra intimidad. Mucha de esta tecnología se nos vende como lo más avanzado y al mismo tiempo como un acto de descubrimiento compartido que, irónicamente, apunta a un aparente bienestar general.

Frecuentemente se discute el asunto de la privacidad como un asunto de mercadotecnia, donde la información personal es vendida para estudios de mercado de distintas empresas. Ciertamente esto es parte de un juego mucho más complejo. La polémica por la privacidad es, con seguridad, la punta del iceberg de prácticas mucho más absurdas donde más que el estudio sobre los likes, abunda el espionaje y la experimentación por medio de supuestos servicios comerciales.

Sin embargo, este no es un ensayo de crítica hacia quienes nos roban nuestra información, sino la búsqueda de la posibilidad de un desplazamiento evolutivo de los individuos a partir de la complejización del espectro digital global que nos cubre.

 

Generaciones inmersivas

La condición actual no es, esencialmente, un problema generacional. No es que estemos atados a un dispositivo, no es que las generaciones cada vez más digitales pierdan las virtudes de vivir el día a día con la pasión de generaciones anteriores, no es que se pierda el sentido de responsabilidad de lo que hacemos, de lo que consumimos y lo que deseamos. A decir verdad, creo que la sociedad moderna, entendida desde Durkheim – hablando de la disolución de las costumbres, la descomposición de la moral, la muerte de las tradiciones y el naciente individualismo – posee un sentido más crítico hacia su propia individualidad.

El desarrollo de herramientas tecnológicas es históricamente una prioridad militar que, generalmente después de décadas, se vuelven comercializables.

Actualmente estamos en un punto donde muchas de las tecnologías de punta no están siendo planeadas únicamente para una guerra, una carrera espacial o similares, sino que se nos ofrece a los habitantes del mundo en forma de servicios de mejora de interacción social. Servicios con poca transparencia frente a lo que se pretende con esto.

Aquí es donde entra el desarrollo de los algoritmos personalizados, toda aquella tecnología casi en su totalidad digital, diseñada para exacerbar ridículamente los ideales de cada uno con el fin de sacar el mayor provecho posible para aquellos que monetizan dichas bases de datos. Tal y como se hace en las granjas y mataderos, sobrealimentando y experimentando con los animales para volverlos lo más grandes y provechosos posibles.

 

El condicionamiento masivo y la desaparición de diferencias humano-máquina

Sin caer en extremismos conspiratorios, los algoritmos personalizados son una potente estrategia de condicionamiento masivo y el secreto de su potencia está en la autonomía que poseen, cada vez más compleja e independiente. El futuro inmediato de esta inmersión está medianamente claro: la desaparición de los rasgos psicológicos humanos, la justicia, la libertad y la verdad. Este tipo de algoritmos, cuya base radica en la información, son esencialmente similares a aquellos algoritmos de inteligencia artificial que buscan replicar la humanidad y sus rasgos, pues su trabajo primario consiste en el aprendizaje y reconfiguración en tiempo real, y es precisamente así como un organismo comienza su existencia como tal. La autosuficiencia de un sistema programado es el pilar del futuro.

Actualmente no es difícil imaginar que una máquina puramente artificial pueda replicar complejos procesos mentales de una persona, tales como los sentimientos, ya que son vistos como funciones biológicas que pueden ser entendidas y, por tanto, programadas. Así pues, es posible entender la psicología humana al mismo tiempo que se vuelve posible replicarla, y tanto es el potencial de estas posibilidades que se pueden manipular para generar nuevos mecanismos de poder.

Un poder que aprovecha este entendimiento en dos sentidos: para la manipulación de poblaciones, cómo es lógicamente humano, y para la expansión del cuerpo propio, un cuerpo que termina volviéndose en cyborg y, consecuentemente, un autómata artificial completo.

 

El nuevo humano

El cyborg no es más que un escalón que desencadena al nuevo ser humano, un autómata digital completo. Es decir, una inteligencia creada por la mano del hombre actual, cuyas capacidades se extienden masivamente en contraste con nuestras capacidades actuales. Un cyborg que termina de modificar completamente su corporalidad.

Entonces, el paradigma de evolución se rompe desde 3 aspectos:

·         Desde el aspecto antropológico: donde sociólogos como Marx y Durkheim han definido como la sociedad moderna, luego de 100 mil años de Homo sapiens, donde se empiezan a encontrar las bases para definir un nuevo eslabón evolutivo humano.

·         Desde el aspecto biológico: el punto donde la extensión y replicación del cuerpo a partir de la tecnología, adquieren una dimensión donde individuos como Neil Harbisson, ponen a debate la naturaleza o artificialidad de un organismo y sus garantías individuales.

·         Desde el aspecto social: el momento donde lo individual se sobrepone a lo colectivo y comienza una separación de identidades, donde la máquina entra en debate como individuo y donde los algoritmos suponen una guerra de identidades entre individuos que reclaman el derecho a la aceptación de sus instintos más oscuros.

Es en la era digital, a partir del siglo XX con la aparición de las telecomunicaciones, la cibernética y las teorías generales de sistemas de información, donde el aspecto evolutivo puede verse manifestado en la cotidianidad, desarrollándose paulatinamente en generaciones cada vez más inmersas en su propia individualidad.

Simultáneamente a lo digital – donde la inteligencia artificial imita y reproduce los organismos y, concretamente, todos aquellos rasgos humanos que nos definen como especie –  existe en el aspecto biológico un enfoque por la reconstrucción y reconfiguración del cuerpo, por el entendimiento de la genética y la manipulación de la misma; dando como resultado un cruce de caminos donde lo análogo conoce a lo digital, abriendo un extenso mar de posibilidades.

Primeramente, el cyborg comprende conceptualmente el aumento de las capacidades humanas a través de las prótesis y toda aquella tecnología que funcione como una extensión del cuerpo o de la cognición natural humana que comienzan a separarse en una brecha a medida que las capacidades humanas alcanzan un nivel irracional para considerarse como una extensión. Es en esta brecha donde nace el nuevo hombre, quien terminará de desechar toda naturaleza biológica para hacerse la propia. En consecuencia, el cuerpo terminará por desaparecer y los espacios digitales e intangibles se convertirán en lo terrenal. La vida no volverá a ser tangible.

 

Conclusiones

Los algoritmos burbuja son ya la parte central de un cambio social, biológico y antropológico. La concentración de ideales que ofrecen un acercamiento al individuo por encima de la colectividad en masa, la generación de micro-sociedades encerradas y la garantía de un espacio incuestionable para cada individuo, son el primer paso hacia el ser cyborg . El individuo se explora a sí mismo, se enaltece a sí mismo y se expande a sí mismo. El cambio cultural se percibe o se oculta desde el monopolio digital de unos cuantos. Es la construcción de una prisión de placer de la que nadie opta por salir, generando nuevos mundos infinitos para cada quien y cuyo límite será percibido cuando sea sobrepasado y no haya vuelta atrás, cuando el humano ya no sea más un humano, sino una artificialidad.

Es entonces cuando el concepto de artificialidad puede reconsiderar y más bien eliminarse, ya que puede ser entendido como parte de la misma naturaleza. Todo aquello creado por el hombre es parte de un proceso evolutivo para dar paso a un nuevo eslabón. La inteligencia artificial es pues, el último paso del Sapiens.

Bibliografía

De la División del Trabajo Social - Emile Durkheim

http://www.psico-web.com/sociologia/durkheim_division_trabajo_social_03.htm

WESTWORLD (Serie de televisión) - Jonathan Nolan y Lisa Joy, basada en la

historia de Michael Crichton .

Yo, Robot (1950), El fin de la eternidad (1955) - Isaac Asimov

El hombre Postorgánico (2005) - Paula Sibilia

Algoritmos personalizados: el final de los patrones de aprendizaje! (2015) - Juandon

https://juandomingofarnos.wordpress.com/2015/10/05/algoritmos-personalizados-el-f

inal-de-los-patrones-de-aprendizaje-educacion-disruptiva/

Burbujas de información: algoritmos demasiado inteligentes (2014) - Estefanía

Aguilar Moreno

La publicidad en internet (2007) - Vilma Sánchez del Castillo