El cuerpo digital y la realidad condensada en un recipiente tecnológico

Por: Nancy Bastida

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El cuerpo digital se puede entender como algo que no es real, algo que está dentro de un medio digital y que sólo puede existir ahí, sin embargo, es mucho más que eso. En el siguiente ensayo se entenderá cómo ese cuerpo que ocupa un espacio en la web, pero más en específico en la mente y la realidad, es alterado a partir de la aparición de nuevos espacios, así como la relación que tiene con las prácticas chamánicas que a través de él alcanzan otros límites de conciencia, prácticas a las que por su naturaleza ahora se les denomina: tecnochamánicas.

La función de la mente y la acumulación de cierta información se pueden relacionar con la percepción de la realidad y las posibles existencias de mundos alternos. En diferentes ramas de investigación, las preguntas sobre la realidad son muy comunes. La pregunta que plantea este ensayo es ¿cómo se incrustan los espacios virtuales en las prácticas chamánicas y tecnochamánicas? En el primero se involucra al cuerpo de una forma espiritual y tangible, mientras que en el segundo mediante el uso de la tecnología. Para entender a fondo los objetivos y conceptualización de estas prácticas es importante definir la función del personaje central dentro de estos rituales: el chamán. El trabajo del chamán consiste en entrar a estados alterados de consciencia mediante numerosas técnicas, las más comunes conllevan el uso de sustancias alucinógenas, la danza, los tambores o técnicas vocales a modo de cantos para entrar a un mundo oculto. El chamán es el guía espiritual que abre las puertas a estos espacios y, con esto, es capaz de expandir la mente de quienes le rodean a través de un desprendimiento del cuerpo físico. Es interesante destacar que estos rituales adoptan una terminología que, al trasladarse al plano de lo virtual, es posible entender a partir del uso de internet.

El cuerpo digital es capaz de entrar a espacios a los que el cuerpo físico no puede. En el caso del tecnochamanismo, el uso de dispositivos digitales se vuelve crucial para poder llegar a un estado de realidad no ordinaria en el que todo lo que hay guardado en la mente y/o memoria se convierte en ceros y unos. Con la llegada de las tecnologías digitales, los límites del mapa cultural que rige el concepto de realidad se han relajado a favor de la expansión de la conciencia, la mente, y, por lo tanto, del espíritu. Esto más allá de las alienantes manifestaciones que también ha implicado el contacto con estas nuevas tecnologías. Es evidente que las nuevas formas de conciencia son cada vez más importantes en la sociedad actual, la cual se muestra cada vez más dependiente de la magia de la tecnología.

Nuestra memoria está cambiando, la manera en la que recordamos hoy es en conjunto con los dispositivos electrónicos que utilizamos y el internet. Las personas no acumulan conocimientos como antes: números telefónicos, recetas, música, entre otros, pues ese contenido ahora habita en la memoria de nuestro cuerpo digital.

La memoria del cuerpo humano pasa a ser sustituida por una memoria que se puede expandir, los recuerdos se pueden acumular y ser guardados infinitamente. El cuerpo digital comienza a interactuar y a llenarse de información en una nueva dimensión de la realidad. De alguna manera la mente es limitada a sólo conservar la más relevante, aquello que causó alguna alteración de los sentidos o simplemente lo casual, contrario a lo que sucede con una memoria expandible donde se puede guardar lo que sea, cuando sea. Me parece que en ambos casos del chamanismo y el tecno-chamanismo la mente es expandida y el ser humano es capaz de abandonar su cuerpo, aquello que le rodea y lo que realiza de manera cotidiana. En un mundo supuestamente natural que poco a poco se transforma en artificial, lo cotidiano se parece cada vez más a lo que mencionó Philip K. Dick en una conferencia en 1977 "Vivimos en una realidad programada computacionalmente y la única pista que tenemos es cuando una variable es cambiada y una alteración en nuestra realidad ocurre". Quizás no sea exactamente que estemos hechos por algún computador, sino más bien pienso que cada vez la realidad programada a la que se refiere es la relación de nuestra mente y cuerpo y la necesidad de enfrentarse a nuevos momentos en el que éstos se encuentran en un nuevo plano de representación dentro de los ordenadores y las poderosas entidades con las que interactúa el chamán actual o sea el usuario tecnológico.

¿Qué pasaría si dentro de esta realidad programada la mente humana llegara a desaparecer o dejara de funcionar por completo? De alguna manera se tendría que recurrir por siempre a los recuerdos que se tienen en imágenes, videos, sonidos, etc. que se guardaron dentro de algún espacio infinito de la web. Hay una diferencia entre las series de imágenes y/o sucesos que se establecen entre la memoria del cuerpo y la otra del ordenador: en la primera, la privacidad y todo lo que cada uno piensa en secreto son invisibles para los demás, la segunda se vuelve una memoria colectiva donde las demás personas pueden ver y alterar nuestra realidad, aunque ésta sea intangible. Como se menciona en la siguiente cita acerca de los datos digitales, la construcción de la memoria y el comportamiento de la realidad de cada ser humano: “Vivimos en un torbellino de cualidades luminosas” (Kepes, 1969, p. 26), para lo cual debe crearse un lenguaje de la visión, ya que la creación de imágenes mentales ha constituido un entorno de imágenes que a su vez han modificado nuestra manera de mirar y por ende nuestro estar en el mundo e incluso nuestros objetivos sociales.

 

 

Bibliografía

Ariza Gómez, D. E. (2014). Cuerpo digital como sustrato del ser cuerpo. Categoría

fundamental del performance digital “Huellas

digitales”. Revista Colombiana de las Artes Escénicas, (8), 96-109.

http://vip.ucaldas.edu.co/artescenicas/downloads/artesescenicas8_9.pdf

https://www.youtube.com/watch?v=Xg2XJc1bMco