El cuerpo paranormal y los cementerios digitales
Por Carolina Santillán Cano
La pérdida, la muerte, el último registro de un ser que abandonó el mundo, el cuerpo digital que se usa como un medio para dialogar con este ser perdido, el cual funge, a mi parecer, como una ouija para contactar al más allá. Es este tipo de trabajo el que realiza la cuenta conmemorativa ahora en Facebook, que es la página en la que me voy a centrar.
Existe ahora una función en Facebook para mantener el perfil de una persona fallecida como si fuera un memorial, siendo de esta manera, una oportunidad para no desactivar el perfil y perder por completo a este ser querido, a esto se le llama cuenta conmemorativa. Una especie de iglesia virtual donde pueden escribir los deseos después de la muerte que leerán todos aquellos que se encuentran en la lista de amigos. Donde la foto de perfil y el nombre forman la lápida y se crea una cadena de epitafios para la persona fallecida.
Por tal motivo, comienzo a llamar esto un acontecimiento paranormal. Lo paranormal se entiende como algo que se encuentra lejos de lo normal. El que existan perfiles conmemorativos es prácticamente lo mismo que las lápidas en un cementerio, por lo tanto, ahora Facebook funge como cementerio, red de comunicación y red de interacción entre usuarios.
Este pensamiento surge debido a que hace dos años perdí a un amigo en un accidente automovilístico, hace un año otro de mis amigos falleció por una enfermedad. Al saber que ellos habían muerto, mi primera reacción fue entrar a sus perfiles y saber si algo me explicaba el porqué de sus repentinos fallecimientos y me encontré con algo que se me hizo curioso y doloroso.
Las personas que los tenían agregados comenzaron a llenar sus perfiles con mensajes de amor, oraciones, deseos y cosas que se dicen por lo regular cuando alguien se encuentra rezando o en los funerales. Por mi lado, entré en un dilema de si eliminar los perfiles porque ya no iba a hablar con ellos o dejarlos para recordarlos ¿cómo iba a olvidarlos si borraba su cuenta de Facebook? Opté por no eliminarlos y seguir sufriendo.
Esto me hizo pensar acerca de la relación de una persona con el cuerpo que deja dentro de las redes sociales y cómo ahora una cuenta substituye a un cuerpo que ha desaparecido. El usar de intermediario a una cuenta que ya no será revisada por la persona, me hace pensar en el uso de las tablas ouija.
Cuando se inició la práctica, o el juego, con estas tablas que ayudan a platicar con espíritus, se les dotó de un carácter casi diabólico debido a que, por culpa de ellas, varios niños habían sido poseídos. Pero si se compara con el uso que se les da ahora a estas cuentas conmemorativas no va muy lejos, para darme a entender, hice una comparación del uso de la cuenta y la tabla.
Cuenta conmemorativa:
1.- La persona entra a la cuenta
2.- Se dirige a la caja de la publicación
3.- Escribe la publicación
4.- Lo publica
Tabla ouija
1.- Se inicia la sesión
2.- Toma el triángulo con el que va a hablar
3.- Pregunta sobre el espíritu al cual contactar
4.- Comienza la búsqueda de este espíritu
Ambas pueden ser consideradas una búsqueda que no tiene un sentido, aun cuando no se crea completamente en la tabla ouija existe una esperanza depositada en ella, encuentro que lo mismo ocurre en este perfil donde la persona ha desaparecido y jamás responderá a ninguna de las publicaciones hechas de forma póstuma.
Sin embargo, este espacio donde aún quedó algo de la persona que falleció puede entenderse como una muestra de que existió. El hecho de que yo no quiera deshacerme de los dos cuerpos digitales de mis amigos es por resistirme a olvidarlos o que, si los elimino, cuando mande una solicitud de amistad, jamás será aceptada.
Ahora estamos más relacionados con el perfil de Facebook de una persona que con la persona misma. Si desaparece un perfil o, de pronto, nos damos de baja de esta red, comienza un acontecimiento caótico debido a que la persona digitalmente ha desaparecido y ahora no sabemos nada de su vida de forma inmediata.
En este punto entra el estado paranormal, si lo entendemos desde la etimología, lo normal es ahora hablar desde ventanas de chats y conversar por aplicaciones que nos mantienen cerca de las personas que se encuentran lejos, como una especie de conexión que nos ayuda a estar en lugares donde, físicamente, no podemos. Pero, el lado paranormal es cuando ingresamos a una cuenta conmemorativa y comenzamos un monólogo con alguien que físicamente murió.
Sin embargo, puede verse como una práctica común debido a que existen los cementerios, lugares a donde vamos y platicamos con estas personas fallecidas, limpiamos sus tumbas y llevamos comida para compartir. Ahora podemos hacer algo similar, pero menos personal, dentro de las cuentas de Facebook, ya que cualquiera en la lista de amigos podrá ver las publicaciones que se hagan.
Pienso ahora que el lidiar con un fantasma digital, sería más o menos el estar viendo las fotografías, los compartidos, aquello donde etiquetamos y ahora la tan famosa aplicación de “Un día como hoy”, donde nos encontramos con el espíritu del fallecido, mismo que conceptualmente se convierte en un evento paranormal que experimentamos con nuestros cuerpos digitales.
El hecho de que nos veamos desconectados de un cuerpo físico con el fallecimiento no significa que nos veamos desconectados de un cuerpo digital, ya que le podemos dar un carácter de memorial a este perfil que se quedó activado, lo podemos usar de tumba, capilla y lugar de adoración. La desconexión no es posible debido que es lo último que nos queda del fallecido, es aquello que misteriosamente no se fue con él, un cuerpo que no se puede abandonar, un cuerpo que dejó atrás, donde parte de su alma aún reside y se quedará hasta que nuestro perfil también se vuelva una tumba.