El uso del cuerpo del artista en movimiento y la máquina en el arte generativo

Por: Adriana López Valentín 

Imagen por Dmitri Posudin para Pexels

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Introducción

El siguiente ensayo aborda al cuerpo del artista y la máquina a partir del movimiento, y el uso de un lenguaje artificial que se inserta en el arte generativo. En el arte generativo hay una estrecha relación entre el hombre y los procesos autónomos que pueden ser maquínicos y llegan a mediarse por el desarrollo de un lenguaje artificial que se vuelve natural. En éste el artista crea un conjunto de reglas el cual puede ser desarrollado de manera autónoma para dar lugar a su obra.

Estos sistemas están mediados por objetos mecánicos, diccionario de la Real Academia Española define a la máquina como: Objeto fabricado y compuesto por un conjunto de piezas ajustadas entre sí que se usa para facilitar o realizar un trabajo determinado, generalmente transformando una forma de energía en movimiento o trabajo (RAE, 2017).

Este hecho nos hace pensar en el papel del arte dentro de este contexto; el cuerpo del artista se adentra en un sistema que se vuelve natural y forma parte de un mundo impersonal, donde las relaciones convergen o se sitúan a través de los medios de comunicación, tales como las redes sociales, la televisión, la prensa, el teléfono celular, entre muchos otros, los cuales producen una alienación en el sujeto, y a su vez centran la atención en las relaciones y las reglas sociales. En el actual mundo globalizado, las tecnologías de la información intervienen cada vez más en las relaciones sociales humanas, porque las personas son más dependientes de las redes mediáticas donde confluyen sus interacciones interpersonales; por lo anterior hay una fuerte saturación proveniente de los medios.

Como consecuencia de lo anterior, mediante su contexto, el artista dirige la mirada hacia situaciones inmersas en la cultura, que otorgan conocimientos por medio de objetos culturales pertenecientes al presente (elementos tecnológicos y análogos); estos mismos dan una idea del mundo cambiante y las relaciones que se establecen en él; sin embargo, no sólo muestran la realidad en el espacio, sino que dan cuenta del trasfondo provocado por las relaciones entre sujetos y ambientes, espacio y tiempo, como lo menciona el manifiesto situacionista:

“El artista como productor interviene, cada vez más, en el tiempo real del dominio de la experiencia, no en el del tiempo diferido de la representación. Esto se hace tanto más indiscutible cuanto más entendamos el tiempo real en términos de tiempo de sincronización de la experiencia, tiempo compartido y de encuentro entre los sujetos de conocimiento y pasión. Cada vez más, el artista es un productor de directo” (La Société Anonyme, 1997-2002).

Dado lo anterior las obras adquieren valor mediante el cuestionamiento de la realidad ficticia que se vive y que se observa; el arte se vuelve independiente y autónomo través del lenguaje artificial. Habría que preguntarse hasta qué punto las formas artificiales son estáticas. Podría decirse que los objetos se vuelven generadores de conocimiento a través del acercamiento con éstos a la vez que detonan los sentidos en los humanos. Esto lo interpreto como la manera en que el arte cinético propone ver la realidad de distintas formas a través objetos que son ficciones construídas a partir de las relaciones con los new media y las técnicas procesuales; es así como la ficción liga lo racional mediante lo irracional, y viceversa, como sucede en el entorno natural y artificial.

 

El uso del cuerpo del artistas en movimiento y la máquina en el arte generativo

Hoy en día, muchas de las obras se significan a partir de la interacción que mantienen con los espectadores, a manera de una especie de construcción espacial de ficciones. El artista ya no se limita más al soporte estático, sino más bien se sumerge dentro de una estética que se pone en acción y que propone el diálogo por medio de los objetos que mantienen estructuras cada vez más artificiales y se vuelven más contestatarios respecto del soporte análogo que permanece cada vez más obsoleto. Es así como el arte cinético es una rama del arte que se presenta en el actuar y fluye en una estética de movimiento.

Sobre la actitud efímera de las cosas y la producción material, Bourriaud dice: “Lo que no se puede comercializar está destinado a desaparecer” (Bourriaud, 2008) . Esa aparente singularidad hace que el sujeto quede estandarizado y atrapado por la repetición de sus actos, que día a día repiten los mismos patrones; incitan a ver una realidad aumentada o hiperrealidad; una conciencia y estética colectivas. Dado lo anterior, es posible afirmar que a través de la muerte de la visión idealista de la modernidad, la disgregación de una forma única de concebir el arte y el intento de llegar a una sola realidad en conjunción con la idea de progreso, se pierde, puesto que en la posmodernidad el exceso impera.

Así pues, resulta importante para mí el planteamiento de Philip Galanter sobre la idea de arte generativo, pues el arte en sí siempre ha conllevado un sistema en su existir, dado que comporta un proceso de pensamiento que se materializa en un lenguaje traducido y que a su vez crea nuevos lenguajes y maneras ver la realidad. Asimismo, Bourriaud habla acerca del arte que hoy “modela universos posibles”, porque ya no exige una construcción del espacio natural (mímesis), sino unas prácticas infinitas donde el arte deviene en la búsqueda o el encuentro con la acción y el espectador, quién elige hacia dónde dirigir su mirada. La nueva experiencia estética en el arte deja atrás la forma dominante y burocrática que limitaba la visión de las obras. El mismo autor habla sobre los vínculos que el arte permite, y que se efectúan debido a la relación simbólica que mantienen las imágenes y los objetos cuando son reconocidos.

Por otra parte, el encuentro del espectador con las relaciones de producción que culminan en una obra independiente, es lo que genera posibles conexiones y apreciaciones sobre la incorporación de nuevos materiales, como pueden ser programas de software, máquinas, estructuras dentro del ámbito audiovisual; en este choque se unen pensamientos maleables que le otorgan a la obra cierto valor y provocan diversas reacciones, con lo que el arte se convierte en un estado de encuentro y movimiento. También estos encuentros están ligados con la forma, ya que esta se ejerce que ésta se ejerce a partir de la semblanza de elementos aleatorios que se contemplan, pero a la vez requieren ser ejecutados, puesto que están orientados a la acción en movimiento y la incubación de algo más allá de lo expuesto.

El espectador, al igual que el productor, genera cierta semblanza en la obra.

Es posible el arte generativo como el detonante o punto de partida que permite al espectador abrirse al cuestionamiento, a descubrir y darse cuenta de la multiplicidad de universos y de nuevas formas de observar y pensar la realidad o vida cotidiana, todo esto mediante su introducción en la obra, más allá de la mera contemplación. No es más que presentar una forma de confrontación a través de las relaciones que se establecen y generan con el mundo.

Por otro lado, la correspondencia con la cultura de la saturación hace posible que la dinámica social vaya con rapidez, donde las demandas de producción rebasan y llegan a la exageración. Sin embargo, existe cierta renovación repetitiva. Dado lo cual, se interpreta que hacemos cosas para los demás, y no obstante somos producto de los demás; el lugar y el espacio se encuentran en los sujetos que están insertos en la dinámica social, es por eso que el objeto se transforma en conector y vínculo de los otros, en este caso de la obra social.

Con respecto a los tipos de obras que se incluyen, están las productoras de relaciones en cadena.

Ejemplo de ello son las diferentes obras de Lyman Withaker; en ellas, el artista efectúa esta dinámica correspondiendo elementos del entorno a través de esculturas mecánicas accionadas por el viento, producto de la fusión de un proceso de medición, la incorporación de la mecánica y el empleo de diversos materiales óptimos para su creación.

El artista concreta y utiliza los medios, ya sean personas o dispositivos para realizar la obra; las formas se obtienen del mundo. Es adecuado pensar que el arte se ha vuelto una semblanza entre diferentes disciplinas como la física y la ingeniería y, ésta a su vez, se divide en diferentes ramas: la programación, la robótica y demás. Finalmente, al hablar de la inclusión de nuevos lenguajes, el arte se apoya de diferentes superficies y producciones temáticas.

Conclusiones

Podría decirse que los objetos se vuelven generadores de conocimiento a través del acercamiento con éstos a la vez que detonan los sentidos en los humanos. Esto lo interpreto como la manera en que el arte cinético propone ver la realidad de distintas formas a través objetos que son ficciones construídas a partir de las relaciones con los new media y las técnicas procesuales; es así como la ficción liga lo racional mediante lo irracional, y viceversa, como sucede en el entorno natural y artificial.

Bibliografía

Emiliano Causa Compilador. (2014).Invasión Generativa. Fronteras de la Realidad en las Tres Dimensiones, la robótica y la realidad aumentada. La Plata Buenos Aires, Argentina: AH.Bourriaud Nicolás. (2008). Estética Relacional. Buenos Aires, Argentina: AH. MESOGRAFÍA

La Societé Anonyme. (1997-2002). Redefinición de las prácticas artísticas. Tomado de Aleph La Societé Anonyme, en http://aleph-arts.org/lsa/lsa47/manifiesto.html. [03 de septiembre de 2015].