Semana 192.1_Enigma
Enigma
con obra de Iacopo Pesenti
en Dimora Artica
via Dolomiti 11 – Milano (MM1 Turro)
Dimora Artica presenta Enigma, una exposición individual de Iacopo Pesenti (Milán, 1990). El proyecto combina una selección de obras recientes, caracterizadas por una atmósfera metafísica. En las pinturas de Pesenti, objetos desconocidos o transfigurados habitan un espacio que, a través de aberturas y formas tubulares, parece comunicarse con otras dimensiones.
A medida que avanza, el flujo de pensamiento produce imágenes sin cesar, fantasmas que pueden disolverse en el vacío o persistir en la memoria individual o colectiva, inscribiéndose en él. Los medios para grabar imágenes y comunicarlas a lo largo del tiempo, que en el pasado eran limitados y no accesibles para todos, con el desarrollo de la tecnología digital se han ampliado en la sociedad, dando a todos la oportunidad de producir y compartir compulsivamente contenidos personales. El imaginario colectivo se ha convertido en un depósito ilimitado en el que se vierten las imágenes producidas por cada uno, y en el que la superposición excesiva de contenidos satura completamente el horizonte. En este contexto de sobreabundancia visual, la capacidad de vaciar la mente más allá de la conciencia ordinaria se vuelve fundamental, para alcanzar una condición meditativa y acceder a esa zona oscura donde se originan el pensamiento y la imaginación.
En la investigación de Pesenti, la dialéctica entre la expresión concreta y la idealización es central, en una tensión interna que abre brechas en un indescifrable en otros lugares. La relación entre la evolución de las cosas y la ambición humana de congelar el tiempo en formas estables se expresa a través de un acto pictórico extendido entre la libertad y la disciplina, entre el movimiento interior magmático y la definición de la forma. Pesenti transpone los procesos mentales que transforman el flujo de pensamientos en formas más nítidas en pinturas con una atmósfera enraizada y enigmática, en la que se percibe un malestar lunar con connotaciones mágicas. El espacio mental de Pesenti define un mundo en el que diferentes momentos del espacio-tiempo se superponen y contaminan, como las capas de celdas de una caricatura. La acción se convierte en una forma en tensión, cargada por el movimiento potencial que contiene. Los gestos instintivos y dionisíacos se coagulan en la claridad de fondos planos, ligeros matices y detalles meticulosos, formando composiciones complejas en las que, a pesar de la consistencia subyacente, surgen soluciones impredecibles y excéntricas.
Mientras que en la serie Iperuranio, desarrollada entre 2016 y 2018, quizás fue más evidente la coexistencia en el mismo trabajo de diferentes posibilidades de pintura, en la nueva serie de lienzos, titulada Enigma, emergen objetos desconocidos o transfigurados en un espacio ciego, un lugar de la mente dominado por un verde luminoso y absoluto que nos devuelve a la ausencia de bodegas de una pantalla verde. Los sujetos se representan como materializaciones inestables de pensamientos que aparecen en el vacío, imágenes mentales que toman forma debido a una energía que estabiliza temporalmente la forma. La representación pictórica es atravesada por tubulares que parecen transmitir la energía vital de la imaginación a caminos con ramas impredecibles. Continuando hasta los bordes de la superficie pictórica o disolviéndose en espacios abiertos, las tuberías ponen en comunicación la escena representada con otras dimensiones oscuras y oscuras más allá de ese umbral que une lo visible con lo desconocido.
Pesenti confirma la característica tradicional de la pintura de acercarse a la dimensión del espíritu para revelar lo invisible escondido entre los pliegues de una realidad ya conocida, estimulando la imaginación de los observadores con imágenes que parecen enigmas sin solución. Al revisar las pinturas entre conductos, aberturas y objetos que parecen provenir de otra dimensión, en un territorio alejado de la naturaleza prosaica de la vida ordinaria, la mirada del observador finalmente puede volverse dentro de sí mismo, quizás encontrándose en las profundidades de una Gran Pirámide.