Semana 262_1 Meme, pronounced <<meem>> not me-me

MEME (pronounced <<meem>> not me-me)

 Por Proyecto Televética + [ANTI]MATERIA

En colaboración con @mexicoissocheap, @policiadeturing, @trips_sinsemilla, @memetecanacional y  @lamiradatransgresora

para Off Site Project

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Los memes son la unidad ideológica - viral - más concreta. Se crean, se intervienen, se distribuyen, se viralizan, se repiensan y se diluyen. Su materialidad radica en el acto de generación espontánea y su consecuente filtración por el ligero velo del internet. ¿Qué historias se cuentan a partir de estos espacios?, ¿qué voces son válidas?, ¿a quién atienden estas cualidades de expansión descontrolada en la www? y ¿cuál es su cabida dentro del contexto sociopolítico que habitamos? Si bien, históricamente, el arte ha tenido la capacidad de reflejar sus entornos para la reflexión, crítica, contemplación y adaptación, ¿qué significa simplificar y acotar a una serie de prácticas validadas y revalidadas por espacios de exposición para hablar de los mundos posibles? y ¿cuáles son las implicaciones de erradicar formatos, materiales y discursos de la creación contemporánea al generar un panorama de las posibles “nuevas” formas de habitar al mundo?

Esta exposición en línea reúne una serie de posicionamientos sociopolíticos actuales que hacen frente a las condiciones imperantes que habitamos y que, sin lugar a duda, deben cambiar. Las implicaciones puntuales de los memes como entidades políticas radican en un desprendimiento de la autoría apelando a lógicas colectivas dispersas como el archivo dinámico, el pensamiento post-digital y tácticas comunitarias que buscan resistir a la censura y a la creciente erradicación de las memorias del imaginario colectivo.

Desde el comienzo de la masificación del internet, a mediados de los años 90s, se comenzó a ver el espacio virtual, y la forma en la que se habita, como un territorio sin fronteras donde las interacciones se podían dar de múltiples formas y el poder, aparentemente, se dilataba, generando una ilusión de democracia y descentralización. Así, se ha planteado un imaginario colectivo en donde pareciera que aquello que sucede dentro de la pantalla no es real o no tiene repercusiones en el mundo material. Construimos la utopía del internet, concibiéndolo como un entorno aislado, cuando, en realidad, este lleva años desbordándose fuera de la pantalla hacia los planos de lo político, lo económico y lo social, afectando nuestros modos de vida y formas de actuar.

Para 1990, Joseph Nye, acuñó el término poder blando, anteponiéndolo a la idea de poder duro, que hacía alusión a aquel ejercicio de poder por parte de un actor político que emplea tácticas de la fuerza militar o la coacción monetaria. El poder blando, decía Nye, es aquella estrategia que busca cooptar y atraer la atención de otros actores políticos a través de medios culturales e ideológicos para incidir en sus acciones y tomas de decisiones. El poder duro emplea objetos materiales (tanques, fuerza policiaca) para tratar de forzar un resultado. Mientras que el poder blando es más programático y se ejerce en gran medida a través de operaciones psicológicas (psy-ops), y la exportación de ideologías y valores culturales, a menudo a través de medios de comunicación como los medios impresos, el cine, la televisión, la programación de los museos y espacios culturales y, más recientemente, el consumo de contenidos en internet.

Este ejercicio busca reunir a la ecología activa de agentes creadorxs de contenido distribuido a través de internet en forma de memes para abrir un diálogo/debate/crítica frente a las condiciones actuales y así resistir al poder blando que ejercen los espacios culturales sobre las narrativas que nos rodean.