Semana 348_1 Pheromone Spa
Pheromone Spa
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Pheromone Spa 〰️
The Breeder se complace en presentar Pheromone Spa, la nueva exposición individual de Theo Triantafyllidis, que presenta una rica experiencia audiovisual. Consta de dos sistemas performáticos, Bugsim (Pheromone Spa) y Ork Haus, que funcionan en paralelo, cada uno un mundo distinto gobernado por sus propias reglas, cada uno completamente ajeno a la existencia del otro. Presentados en la galería The Breeder a manera de instalaciones inmersivas, que incluyen mobiliario escultórico, piezas electrónicas personalizadas y un aroma de feromonas casero elaborado en colaboración con la artista y creadora de aromas Labrilena Konstantelou, los mundos digitales se extienden a lo físico, emanando una sensación premonitoria de atrapamiento en un sistema con reglas opacas.
En su exploración de las tecnologías sociales y las comunidades que nos permiten crear, Theo Triantafyllidis aborda aquí la cuestión ética de cómo pueden asumir lXs individuos la responsabilidad social en medio de las abrumadoras exigencias del momento actual. En un mundo en constante cambio en el que está cambiando la definición misma de lo que significa ser humano, lo que nos diferencia de lo no humano y nuestra relación con el entorno natural, el artista propone como solución nuevos ecosistemas posthumanos habitados por seres híbridos. Estos mundos, que actúan como universos paralelos dentro de la exposición, son ecosistemas autónomos, sistemas que funcionan por sí solos sin reconocer al espectador ni a ningún otro factor externo, creando una polaridad entre una experiencia estéticamente agradable y una sensación de ansiedad y aislamiento.
En Bugsim (Pheromone Spa), una preciosa porción de vida microscópica conservada en un terrario de cuidados intensivos contempla la paradoja de la reparación medioambiental. A través de una superficie de cristal húmedo y dentro de una exuberante vegetación se expande una ajetreada colonia de hormigas. Lenta y meticulosamente, las hormigas trabajan para convertir un frágil barro púrpura en una estructura que puedan llamar hogar. De esta estructura crece todo un bosque de diminutas plantas con flores. Se ramifican y florecen en todas direcciones, pidiendo ser polinizadas por las zumbantes réplicas de abejas de la miel. Casi autosuficiente, este sistema de terrario cerrado está diseñado para simular todos los ciclos naturales necesarios para la frágil comunidad de organismos. El flujo de nutrientes, hormonas, humedad y temperatura se regula constantemente bajo el zumbido de los insectos. Un experimento de resistencia y entropía cuidadosamente supervisado por una misteriosa figura.
Mientras tanto, en la galería inferior, una familia de orkos atrapada en un espacio doméstico lleva a cabo los rituales de la vida moderna. Ork Haus es una visión de pesadilla del metaverso en la que los aspectos verdaderamente grotescos del trabajo desde casa y la tecnología que sigue permitiéndonos hacerlo son el tema de una obra que es en parte simulación en vivo, en parte teatro experimental. Estos momentos de domesticidad laboral mediada por la tecnología, aunque mundanos en muchos sentidos, se convierten en símbolos monstruosos de la condición humana contemporánea. Alrededor de la simulación en vivo hay un sofá peludo construido a mano para que el público se siente y una serie de obras murales de tela, creadas conjuntamente con una inteligencia artificial orca y presentadas aquí en toda su extraña lógica.
