Semana 406_Poetics of Encryption
Poetics of Encryption
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Poetics of Encryption 〰️
con obra de Nora Al-Badri, Morehshin Allahyari*, American Artist*, Emmanuel Van der Auwera, Gillian Brett, Émilie Brout & Maxime Marion, Juliana Cerqueira Leite, Julian Charrière, Joshua Citarella, Clusterduck, Juan Covelli, Kate Crawford, Sterling Crispin, Simon Denny, enorê, Roger Hiorns, Tilman Hornig, Rindon Johnson, Vladan Joler, Daniel Keller, Andrea Khôra, Jonna Kina, Oliver Laric, Eva & Franco Mattes, Jürgen Mayer H., Most Dismal Swamp, NEW MODELS, Carsten Nicolai, Simone C Niquille, Trevor Paglen, Matthias Planitzer, Jon Rafman, Rachel Rossin, Sebastian Schmieg, Charles Stankievech, Troika, UBERMORGEN, Nico Vascellari, Zheng Mahler, among others.
curaduría por Nadim Samman
en KW Institute for Contemporary Art
del 17 de febrero al 24 de mayo, 2024
Arquitectura y diseño: Jürgen Mayer H. / J. MAYER H. and partners, architects.
*Lxs artistas cuyos nombres aparecen tachados, han decidido declararse en huelga contra las instituciones financiadas por el estado alemán y, por tanto, retirar su participación en la exposición en solidaridad con la comunidad palestina, a la vez que solicita un cese al fuego.
Dios es una esfera infinita cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no está en ninguna.
Nicolás de Cusa
Dependemos de las herramientas digitales para muchas cosas, pero rara vez entendemos cómo funcionan. Obtener una visión más profunda no siempre es una opción. En primer lugar, debido a la naturaleza propietaria de gran parte de la tecnología corporativa. En segundo lugar, porque comprender cómo una IA avanzada ha llegado a generar un determinado resultado puede ser imposible. Esta ignorancia y falta de poder con respecto a los sistemas encriptados es difícil de soportar.
¿Cómo se refleja esta situación en el arte? Esta exposición colectiva se basa en la reciente publicación Poetics of Encryption: Art and the Technocene, de Nadim Samman. Explora la cripta en la encriptación, examinando un paisaje imaginativo marcado por Sitios Negros, Cajas Negras y Agujeros Negros. Estos términos indican cómo la tecnología emergente atrapa a lxs usuarixs, cómo funciona en secreto y cómo distorsiona el espacio-tiempo cultural. Tres capítulos muestran estos temas en todas las plantas de la galería KW. La exposición oscila entre la preocupación ilustrada y la ensoñación ocultista.
Cada capítulo propone un modelo imaginativo para situar al ser humano inteligente en relación con el reino de los secretos digitales y los mecanismos ocultos. Las obras reunidas bajo el título Black Site exploran el estado de estar encerrado: capturado o contenido, enterrado en una tumba tecnológica. Black Box explora cómo lxs artistas imaginan el estado de estar intelectualmente encerrado en productos industriales y de consumo omnipresentes. Por último, Black Hole examina cómo los archivos digitales superdensos o los procesos informáticos alteran las distinciones entre el interior y el exterior, el antes y el después, el sentido y el sinsentido.
En el espacio latente entre la exclusión, la oclusión, el secreto, la búsqueda y la especulación sobre el interior de la tecnología, se despliega una poética emergente de la encriptación.
Vistas de exposición obtenidas de la cuenta de Instagram de KW Institute of Contemporary Art
Black Site
Las obras de esta planta se refieren al estado de encierro. Capturado o secuestrado, enterrado en una tumba tecnológica. Tratan sobre el hecho de encontrarse robado y sobre la labor de escapar de esta situación. En este sentido, destacan las operaciones de búsqueda y recuperación, como el descifrado, el descifrado y otras. Black Site traza los contornos de un nuevo submundo. Uno que lxs artistas descubren en el interior de un planeta mecánico, rodeado de un conjunto de satélites y sensores. Algunas obras exploran su oscura infraestructura, escarbando en cuevas de trolls, cabinas de mando, espacios de juego y minas a cielo abierto. Otras intentan trazar un mapa de este laberinto, ya que cada intento de huida requiere algún tipo de plan.
Entre las obras más representativas se encuentra el vídeo Holding Death Close (2021) de enorê, que dramatiza la desorientación y la búsqueda del camino a través de una estética que recuerda a los primeros juegos de aventuras en primera persona. SHEE (2018, 2024), de Juliana Cerqueira Leite, habla del continuo arquitectónico entre el cuerpo humano y el espacio exterior, y de la extraña tensión entre el dígito humano (el dedo) y lo digital. La escultura consta de una serie de moldes corporales en yeso, producidos dentro de un modelo a escala 1:1 de un sistema vivo comisionado por la Agencia Espacial Europea. Por otra parte, Calculating Empires (2023), de Kate Crawford y Vladan Joler, trata de trazar el modo en que el poder y la tecnología se han entrelazado desde 1500, a través de un sobrecogedor diagrama de 24 metros.
Black Hole (I)
¿Qué es la vida a la sombra de un rastro de datos? ¿Qué es la muerte, cuando un cuerpo digital sigue vivo? ¿Y cómo hacemos parentesco con el objeto red?
Como los agujeros negros, los archivos digitales superdensos y los procesos algorítmicos deforman el espacio-tiempo cultural. A medida que Internet y los potentes modelos de IA devoran el universo conocido, colapsando todo tipo de diferencia en la singularidad del código, el significado se desnaturaliza. Hoy abundan las quimeras y las definiciones estiradas. Esta planta explora las extrañas figuras que los artistas utilizan para señalar el "horizonte de sucesos" de la total dataficación.
Panorama Cat (2022), de Eva & Franco Mattes, es una escultura taxidermizada de un gato atigrado pelirrojo, basada en una fotografía viral de "panorama fallido". Es un icono de la distorsión digital de la naturaleza y la cultura, y de la convergencia del código y el sinsentido. En Speculative Treasure (2020-2022), de Juan Covelli, una red generativa adversarial (GAN) aparece para llenar importantes vacíos en el patrimonio arqueológico de Colombia, sustituyendo esculturas saqueadas por nuevos artefactos basados en datos de entrenamiento de la colección nacional. VideoSculpture XXV (Archons) (2022), de Emmanuel Van der Auwera, ofrece inquietantes reflexiones sobre las nociones de inmortalidad digital, posverdad y deepfakes. Por su parte, el vídeo musical animado IDLE (actos α y ß) (2023) de Émilie Brout y Maxime Marion dramatiza la espeluznante autoestima de una naciente Inteligencia General Artificial (AGI).
Vistas de exposición obtenidas de la cuenta de Instagram de KW Institute of Contemporary Art
Black Hole (II)
Como los agujeros negros, los archivos digitales superdensos y los procesos algorítmicos deforman el espacio-tiempo cultural. Esta planta cataloga las imágenes que los artistas utilizan para señalar el "horizonte de sucesos" de la total dataficación. Estas quimeras acechan el paisaje social, económico y político: conspiraciones extáticas y posverdades que marcan un punto de no retorno.
El espacio hipervinculado es, en su mayor parte, plano, con caminos aparentemente infinitos entre sitios y valores. Esto sugiere una falta de puntos de vista privilegiados desde los que observar la escena. Las conspiraciones de la "gran carpa" de la Web 2.0, como QAnon, se mueven por estas vías, construyendo conexiones cada vez más poderosas en su red de (no)creación de sentido mientras mantienen todo tipo de contradicciones.
The Detective Wall (2023), de Clusterduck, se tambalea al borde de la desventura. La obra intenta dar sentido al reciente memescape uniendo el célebre enfoque del historiador del arte Aby Warburg sobre el análisis de imágenes con la locura del "muro loco" de un detective de televisión. e-deologies (2020-2023), de Joshua Citarella, habla del poder de los medios digitales para deformar la vida política. La obra consta de una serie de banderas, cuyas respectivas heráldicas simbolizan cada una un extraño híbrido. Desde el "Pacificismo voluntarista anarcocapitalista" hasta el "Transhumanismo egoísta de izquierdas", las combinaciones son demasiado reales y están sacadas de tablones de anuncios políticos. Cerca de allí, la pieza comisionada a Andrea Khôra, RAPTURE (2024), explora la improbable convergencia de alucinaciones y capitalismo a través del prisma del creciente entusiasmo de Silicon Valley por las sustancias químicas psicodélicas. Su obra emplea visuales de aprendizaje automático inspirados en las inmersiones profundas en ketamina de la propia artista.
Vistas de exposición obtenidas de la cuenta de Instagram de KW Institute of Contemporary Art
Black Box
Black Box explora la imagen que tienen lxs artistas de los productos y sistemas de control omnipresentes. Una caja negra es un dispositivo que puede ser visto en términos de entrada y salida, observando sólo su patrón, sin ningún conocimiento de un mecanismo de conversión. Lo que ocurre en su interior es opaco, velado en la sombra: negro. Nuestros encuentros con estos agentes ocultos representan un lugar de deseo y decepción en la tecnocultura contemporánea. En esta sección, las obras presentadas ponen en escena las tensiones entre una interfaz visible y un backend opaco. Algunas también consideran cómo una retórica de transparencia puede, de hecho, oscurecer la verdad.
P2P (2022), de Eva y Franco Mattes, es un servidor conectado a Internet abierto que distribuye una obra de arte digital en forma de torrente a través de la red de pares. El servidor no tiene salida, por lo que el registro de la obra se limita a las luces parpadeantes y al ruido de los ventiladores de refrigeración. ¿Qué más ocurre entre bastidores? Faces of ImageNet (2022), de Trevor Paglen, demuestra los sesgos inherentes a la emergente tecnología de reconocimiento facial, sacando a la luz expresiones concretas de racismo algorítmico, misoginia y otras, latentes en los datos de entrenamiento de la IA, a medida que clasifica a lxs visitantes. Por otra parte, la serie GlassBook (2013-2023) de Tilman Hornig pone en escena la prestidigitación estética que rodea a la computación. ¿Hasta qué punto los teléfonos inteligentes, loas computadoras y otros sistemas son realmente mediadores transparentes de la realidad?
Texto por Nadim Samman
